La fe expresión viva del amor.
Toda la cuaresma ha sido trabajar personal y comunitariamente para esculpir la imagen de Cristo en la vida del cristiano.
Y el viernes santo es la máxima expresión del amor de Jesús por ti, por mí y por todos los hombres: ¡Que bien expreso Jesús en su evangelio: “No hay mayor amor, sino de aquel que da la vida por el amigo”!
¡Esto lo ha vivido Jesús por nosotros y con nosotros, que no nos quede la menor duda!
Esta es la virtud de la caridad traducida en obra y en la obra de la salvación de Jesús que nos acompaña y permanece para siempre.
Cristo como hombre amante de la humanidad, termina su vida terrena en una cruz, como si fuese el peor de los malhechores, su cruz fue su bandera, su estandarte que exhibe y que exhibió como fuente de vida y de inspiración para sus seguidores.
¡Que bien escribió el apóstol san Pablo: “Yo no me puedo gloriar de otra cosa, sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo; si para algunos fue necedad o locura, para mi es la gloria, lo grande de Jesucristo…”
¡Vive, pues, tu viernes santo en silencio y oración!
¡Trae a tu mente los detalles de la vida de Jesús, no te canses de admirarlo por su generosidad y valora la virtud de la caridad, que es la primera de las virtudes y que para Jesús, fue su máxima expresión!
En la celebración litúrgica de este viernes santo cuando te acerques a besar la imagen de la persona de Cristo, clavada en la cruz, llora sí, llora por tus muchas y variadas infidelidades y no olvides como penitencia de tu vida practicar las obras de misericordia.
¡Sé misericordioso con tus semejantes, como Dios es misericordioso contigo!
Pbro. José Medina Montoya
Casa San José