¿SABÍAS QUE LOS BAUTIZADOS SOMOS MISIONEROS?
La palabra misionero significa enviado, es decir, a realizar una tarea específica.
Por ejemplo los misioneros franciscanos que evangelizaron nuestro territorio fueron enviados y lograron su cometido a base de trabajo, amor a Dios y a nuestros compatriotas.
En el décimo cuarto domingo del tiempo ordinario, el Señor Jesús enviado por su Padre, como primer misionero, se reviste de nuestra naturaleza humana y nos trae la buena nueva; es así, como nos enseña a evangelizar, predicar e iniciar la construcción del Reino de Dios entre nosotros.
Siguiendo su ejemplo, la Iglesia se hace presente en el mundo, ya que su misión es evangelizar las culturas y trabajar para que el Espíritu de Cristo sea parte del acervo del cristiano; y lo podemos palpar en el momento en que destaca la labor de varios misioneros, cuya vida culmina con el martirio.
¡Son ellos los que dan testimonio de la autenticidad de nuestra comunidad eclesial, fortalecida por Cristo, su Maestro! Este es el plan maravilloso de Dios…
A nosotros, pues, nos toca actualizarlo.También en dicho domingo el Señor Jesús a través del Evangelio de San Lucas (10:1-12, 17-26) nos traza el perfil del misionero. Esto nos parece muy interesante y por tal motivo nos preguntamos: ¿En qué consiste este perfil misionero? Ante todo nos señala que Dios es el dueño de la obra Salvífica y que el bautizado es sólo un jornalero ¡Que la cosecha es mucha y los trabajadores pocos! ¡Que se necesitan muchas manos y un corazón lleno del amor de Dios para realizar la faena y que el Reino del Padre, predicado por Jesús y sus misioneros debe llegar a todos los hombres!
Que la misión es un don Divino y que por lo tanto no basta la buena voluntad, la tecnología u otras cosas; es necesario como primera cosa: LA ORACIÓN que es la parte más importante para que el espíritu misionero se impregne en quien predica y escucha; especialmente en este clima se encuentra la Eucaristía como vida y fortaleza del misionero.
Es necesario cultivar las virtudes de pobreza y de humildad: reconociendo que somos débiles para esta tarea y necesitamos vivir en pobreza como lo hizo el mismo Jesús.
Las herramientas pedagógicas y tecnológicas son medios para que el mensaje sea asimilado; es necesario despojarse de toda vanidad para que Dios sea el centro de la evangelización.
– El misionero debe estar empapado de esa paz que sólo Cristo príncipe de la misma ofrece y busca que llegue a todo el mundo.
– La misión debe ser inmediata, una vez recibido se tiene que poner en práctica. Así lo hicieron los apóstoles al ser enviados por el Señor Jesús.
Si, Jesús nos ha llamado y nos ha elegido para ser sus colaboradores, con el fin de echar adelante el plan de Salvación de los hombres.
– La misión debe dirigirse a las comunidades o personas que más lo necesitan. San Pablo por ejemplo evangelizó a los paganos, que no tenían conciencia de la existencia de Dios.
Hoy por las situaciones que estamos viviendo, los primeros evangelizados deben de ser los niños, jóvenes, los ancianos, enfermos, todas aquellas personas que tienen una escasez espiritual y que el centro de su vida son las cosas materiales, así como también los alejados del Evangelio.
– En este perfil hay que destacar que el misionero hombre o mujer debe ser una persona alegre, llena de entusiasmo, valiente para vencer los retos y con la convicción firme de que su nombre se está escribiendo en el cielo en la medida que evangeliza.
He aquí lo que contiene el espíritu misionero que como bautizados estamos llamados a vivir generosamente.
¡Que el Señor Jesús primer misionero del Padre te regale su espíritu para que a través de tu trabajo todos los hombres conozcan y amen a su Padre!
Pbro. José Medina Montoya