¿Qué piensas del miércoles de ceniza?
Nos preguntamos: ¿Será un día negro como lo vivió la ciudad cosmopolita de Nueva York o el terremoto que vivimos los mexicanos en el año de 1985 o la masacre impactante que vivieron los parisinos?
No…de ningún modo. El miércoles de ceniza es un día especial en el cual el creyente con la imposición de la ceniza inicia un tiempo de conversión personal y comunitario, que le permite acompañar al Hijo de Dios en los últimos días de su vida terrena en su Pasión, Muerte y Resurrección, que conocemos como misterio Pascual.
¡En efecto, este tiempo de cuaresma nos da la oportunidad para reflexionar acerca de nuestra vida a la luz del Espíritu de Cristo, que se hizo hombre para iluminar nuestra vida!
Esto se puede lograr poniendo más empeño en la oración, en la participación de la Eucaristía dominical, en los retiros de Cuaresma o en las Horas Santas, buscando momentos muy personales para hablar con Dios, dialogar con Él y entender cuál es su voluntad.
Es pues, necesario hacer un alto en vida y ejercitar la introspección que nos ayuda a descubrir: ¡Quienes somos, qué sentido le damos a nuestra vida y hacia donde nos dirigimos!
Nos favorece el Año Jubilar de la Misericordia en el cual, Cristo nos espera en esta Cuaresma para hacer gala de su perdón, conscientes que su Misericordia no tiene límites.
A propósito de la toma de ceniza, es bueno recordar QUE LA CENIZA: NO ES ALGO MÁGICO; NO ES VANIDAD, NI PRESUNCIÓN; NO ES COSTUMBRE O TRADICIÓN, NO ES PRELUDIO DE ALGO MALO, SI NO LA RESIVO.
- EL VERDADERO SENTIDO DE LA CENIZA ES:
UN SIGNO QUE NOS RECUERDA A JESÚS, QUE DICE: “SI QUIERES SER MI DISCÍPULO TOMA TU CRUZ DE CADA DÍA Y SIGUEME”.
Un signo que nos permite reconocer nuestra realidad: “Eres polvo y al polvo te has de convertir”
Un signo que nos habla de lo breve que es la vida: “Setenta u ochenta años parecen un suspiro”
Un signo que nos une a la vida Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo: “Si habéis padecido con Él también con Él Resucitaréis”.
Un signo que nos recuerda la esperanza del más allá, que el Señor promete: “Pasa Siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor”.
Un signo que nos exhorta a seguir luchando para vencer el mal y realizar el bien: “El demonio ronda como un León rugiente buscando a quien devorar”.
Es un signo de arrepentimiento, que nos lleva a creer en el Evangelio, que es la Buena Noticia del Reino.
Pbro. José Medina Montoya
Casa San josé