Reflexiones
La oración, medio indispensable para la vida
Tu y yo hermano, hemos recibido gratuitamente la adopción de hijos de Dios y como tales tenemos la capacidad de estar en la frecuencia con Cristo, el hombre orante, para dirigirnos a nuestro Padre Dios con perseverancia (Lc 11:5-11).
La oración puede ser, pues, PERSONAL cuando uno se entrega a su creador como lo hizo JESUCRISTO HOMBRE y puede ser oración comunitaria cuando se hace en comunidad y ésta a su vez se convierte en oración Litúrgica cuando se celebran los sacramentos, especialmente el de la Eucaristía, entonces se transforma en la oración por excelencia, porque Cristo está presente dando fuerza y vida a cada signo Litúrgico. (Mt 7:21-26).
La otra plegaria maravillosa es la oración del PADRE NUESTRO (Lc 11:1-4), la cual Jesús, al enseñarnos a orar nos pide que llamemos a Dios Papá, expresándole otras peticiones que nos son útiles en la vida, como el pan de cada día, el perdón, su presencia continua para ser buenos hijos.
Y no sé, si te has preguntado el porqué la Iglesia recomienda con insistencia la plegaria del Santo Rosario, es un rezo sencillo, pero agradable a Dios, porque contiene los dos misterios que son el eje de nuestra vida cristiana, a saber, el misterio de la Encarnación de Jesús; su Pasión Muerte y Resurrección llamado Misterio Pascual.
La Virgen María en repetidas apariciones muestra el Rosario en la mano para recordarnos el amor de su Hijo y que la oración en familia es importante, pues la familia que reza unida permanece unida.
Hay otra oración muy querida por su Santidad el Papa Juan Pablo II, denominada La Coronilla de la Misericordia, tan necesaria en nuestros días para imbuirnos en la pasión del Señor, para vivir su ofrenda al Padre y su ser de víctima por los pecados de la humanidad.
¡Cuánto bien nos hace el orar! Conviene dejarnos por el Espíritu Santo para que expresemos la adoración y agradecimiento a Dios que nos tiene tanta paciencia y nos ofrece tantas oportunidades para dejar nuestra mala vida y ser mejores personas e hijos del Padre.
¡Ora, no dejes de orar, la oración te hace libre, te llena de alegría, en la oración tu vida encuentra el pleno sentido!
¡Vívela, orando!!!
Pbro. José Medina Montoya
Casa San José
Reflexiones
Jesús el hombre contemplativo y activo.
Una de las características de nuestro tiempo es la demasiada actividad. Todo es movimiento, prisa, no alcanza el tiempo para lo que se tiene proyectado.
Otra parte de nuestra sociedad se distingue por la pereza para leer, meditar, orar, disfrutar del silencio interior.
En el pasaje del evangelio encontramos a Jesús visitando a dos hermanas, Marta y María.
Marta es el ejemplo vivo de nuestros días. María, en cambio estando al lado del Maestro lo escucha con atención, no se mueve de su lado y no se cansa de contemplarlo.
Jesús al compartir estos momentos con estas dos hermanas con actitudes diferentes, exclama: Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y una sola es necesaria. María escogió la mejor parte al atenderme, estar a mi lado y platicar conmigo.
¿Qué lección podemos aprender para la vida? Es cierto, el trabajo es necesario, como la contemplación, la oración, el silencio, la quietud en la vida. Somos un compuesto maravilloso de alma y cuerpo. El alma tiende a lo espiritual, el cuerpo a lo material. Pero cuando hay la fusión maravillosa de ambas partes entonces se trabaja y se descansa. Se mueve y se aquieta.
Jesús en su vida ordinaria era un hombre de trabajo activo; subía y bajaba montañas, recorría pueblos y caseríos y combinaba perfectamente el trabajo y la oración, la actividad y el reposo.
Los apóstoles en ocasiones lo señalaban entre la multitud y luego se les perdía y lo encontraban orando, platicando y dando gloria a su Padre.
Amigo, la vida está hecha de trabajo y de descanso. Nuestra mente posee tanta agilidad juntamente con la voluntad que fusiona estos dos ideales.
Para los que seguimos a Jesús, tratamos de imitarlo trabajando como verdaderos misioneros y lo contemplamos como auténticos discípulos que admiran a su Maestro.
Trabajemos y escuchemos a Jesús pero siempre en la misma frecuencia, la cual consiste en adorar al Padre en Espíritu y Verdad, y trabajar por la salud espiritual de nuestros prójimos.
Pbro. José Medina Montoya
Casa San josé
Reflexiones
¿Eres serio en tus compromisos con Dios?
Es común en nuestros días acercarnos a las realidades que vivimos a través de preguntas o encuesta.
Por lo tanto, en confianza te preguntó: ¿qué significa para ti la religión? ¿Vives la fe que recibiste en tu bautismo? ¿Sientes admiración por Jesucristo que te redimió, por el Padre Dios que te creó y por su Espíritu que desea vivir en ti?
En el evangelio, Jesús acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre nos para en seco y nos interpela: ¿En verdad desean seguirme? Miren que es algo muy serio lo que les propongo pero les aseguró que vale la pena jugársela por estos ideales…
Y con ejemplos o parábolas muy sencillas nos muestra la inteligencia y voluntad para seguir a Jesús como lo hicieron los apóstoles y tanta gente linda.
Y nos pone dos ejemplos: ¿Verdad que ustedes no se atreven a construir una casa sino tienen los medios necesarios para terminarla? De otro modo se exponen a ser criticados y con razón.
Así mismo, piensen en un general que no se atreve a combatir sino cuenta con el personal necesario y los medios para tal fin.
Si es consciente que el adversario duplica el personal, lo que hace es mandar una carta al ejercito contrario y pidiéndole que arreglen las diferencias y no iniciar la guerra.
Estos dos ejemplos son muy claros para entender el llamado que Jesús nos hace en seguirlo, hay que pensarlo, orarlo, compartirlo y luego convencernos que es lo mejor para el fin por el cual hemos sido creados.
“Servir a Dios en esta vida y después verlo y gozarlo en la otra”.
Esto que Jesús nos está proponiendo, Él ya lo vivió: fue obediente al proyecto del Padre y lo llevó a cabo fielmente hasta la muerte.
¿Habrá responsabilidad más pesada que la que Jesús cargó sobre sus hombros que son nuestros pecados: deshonestidad, injusticias, robos y escándalos? ¿Qué sentirá Jesucristo al constatar nuestra pobre y mediocre respuesta en la ayuda que nos pide para salvar a nuestros hermanos y a nosotros mismos?
Sin embargo, ante esta cruda realidad, sí existen personas, que si han respondido al llamado.
Por ejemplo, el domingo 4 de septiembre en la ciudad de Roma, el Papa Francisco elevó a los altares a la hermana religiosa Teresa de Calcuta.Una mujer que estando ya en el convento renunció a sus comodidades y salió a las calles en busca de pobres y necesitados brindándoles, amor, apoyo y salud. No sólo eso sino que invitó a otras jóvenes a seguir el ejemplo de Jesús.
Por gracia de Dios llegó a mis manos una frase de las muchas que expresan las convicciones de vida de esta religiosa: “No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un título, ni mucho menos el dinero, lo que convierte a una persona en grande. Es su honestidad, su humildad, su decencia, su amabilidad y respeto por los intereses de los demás”.
Suena bonito pero lo hermoso es que ella lo vivió y ahora goza de Dios en el cielo y nos invita a seguir su ejemplo.
Su servidor tuvo la suerte de conocerla en persona en Roma, Italia en un magno congreso para sacerdotes de todo el mundo católico. Recuerdo todavía el mensaje que la madre Teresa de Calcuta nos compartió “Hermanos sacerdotes los felicitó porque ustedes en su tarea pastoral se asemejan a la Virgen María, porque Ella, gestó concibió y nos dio a Jesucristo su Hijo y ustedes están llamados a realizar lo mismo, a los que le desean”.
Es lo que el mundo necesita, que llegue Jesucristo Salvación, Vida y Eternidad para quienes lo siguen.
Pbro. José Medina Montoya
Casa San josé