Reflexiones, Sacerdocio
ORACIÓN AL «SEÑOR DEL SANTO SEPULCRO»
Dulce Jesús Nazareno, que quisiste en todo ser igual a nosotros, desde la cuna hasta el sepulcro, y que bien sabías que, después de la muerte, es el sepulcro lo que más entristece y espanta a los pobres mortales; deseo yo, siervo tuyo, al visitarte, tocar con gran reverencia tu santo cuerpo y la piedra del sepulcro, y decirte con todo el afecto de mi corazón: Creo en ti, Jesús mío, que eres el Hijo de Dios, y creo en ti porque te veo muerto en el sepulcro; porque la muerte y el sepulcro deben rendirte homenaje, y confesarte como Redentor del mundo y triunfador de la muerte, del sepulcro y del pecado.
Te doy gracias, porque has santificado el seno de la tierra siendo sepultado en ella, para que sea lugar de reposo para los tuyos, cuando mueran. Has hecho habitable el sepulcro; cambiándolo de cárcel de la muerte y lugar de corrupción, en antesala donde esperan los que han de resucitar como tú.
Con fe perfecta, purificado el corazón de toda conciencia mala y lavado el cuerpo con el agua pura, te suplico, Señor me des gracia y fortaleza para soportar la soledad, sufrimientos y orfandad en que me encuentro; además, desprecios, ingratitudes e incomprensión de mis semejantes.
Ven en mi auxilio, Jesús divino. Tantos enemigos me persiguen. Tantas necesidades me urgen. Tantos peligros me rodean. En recompensa, propongo firmemente ser fiel a tu santa ley para merecer el premio que a todos tienes preparado, si cumplimos nuestra propia misión, conociéndote, amándote y sirviéndote en esta vida, para después gozar de tu presencia en unidad con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Así sea.
Pbro. Alberto Fonseca Mendoza
Reflexiones, Sacerdocio
Todos formamos la Iglesia.
Al celebrar litúrgicamente el Nacimiento de la Iglesia, bajo el amparo de Santa María, Madre de la Iglesia, hemos vivido estos días de Pascua en la gratitud a Dios que nos ha permitido ver cómo algunos sacerdotes pasaron días de dolor físico y ser testigos de su recuperación y vivencia fraterna en la Casa Sacerdotal, nos ayudó a vivir en primera persona la maravilla que es esta Iglesia que Cristo nos dejó: los sacerdotes, los sacramentos, los fieles… todos formamos la Iglesia y más que nunca podemos decir que María, como Madre, está al centro de nuestro vivir y sentir.
El alcance de la ayuda que todos nuestros bienhechores aportan silenciosamente ha sobrepasado las fronteras de nuestro país. Tuvimos la oportunidad y la gracia de recibir al Sacerdote Glyn Jemmott, quien vino desde su natal Trinidad y Tobago para operarse de cataratas. El Padre nos dio más de lo que pudimos darle con su caridad, su paciencia en el sufrimiento y su testimonio de caridad y amor sacerdotal por las almas. Fue para todos los que convivimos con él, incluidos sus hermanos en el sacerdocio, una inyección de entusiasmo y amor por nuestra misión como humildes colaboradores en el Plan de Dios.
De parte de IGMA, sus colaboradores y todos los Sacerdotes que se benefician de su apoyo queremos agradecer su constante apoyo y seguimos pidiendo a Dios que siga llamando “operarios a su mies” que quieran colaborar con él para dar un poco a cambio de lo mucho que sus pastores nos han dado a lo largo de nuestra vida.
De parte de los sacerdotes beneficiados con su aportación, queremos recordar que ellos corresponden rezando diariamente por sus benefactores.
Donativos, Reflexiones
Cuaresma, tiempo favorable para volver a Dios
Hace unos días encontré en la portada de un calendario una frase que decía: “Si juzgas a tu prójimo incluye también sus virtudes”.
El hombre este hecho de virtudes y defectos…el hombre perfecto no existe.
Cristo como hombre, conducido por el Espíritu subió a la montaña y allí después de unos días de ayuno, oración y penitencia como preparación a la Misión que el Padre le había asignado sintió hambre y fue tentado por el diablo.
Fue probado de tres modos: a).- había pasado tiempo en la montaña y tuvo hambre y buscaba alimento. Se le presentó el diablo y le dijo: “Manda que estas piedras se conviertan en pan, a lo cual Jesús respondió: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios”.
b).- Estando en un sitio elevado, el diablo le expresó: me ha sido dado todo poder y todos estos reinos son míos y yo te los doy, si me adoras, a lo cual Jesús comentó: “Adorarás al Señor tu Dios y a Él sólo servirás”.
c).- Instalado en la parte más alta del templo, el diablo le insinuó: si eres el Hijo de Dios arrójate de aquí, pues está escrito: los ángeles del Señor tienen órdenes de sostenerte en las manos para que tus pies no tropiecen con las piedras, y Jesús lo cayó diciéndole: “No tentaras al Señor tu Dios”.
La primera impresión es que estas tentaciones son propias de Jesús, más yendo al fondo de las cosas se constata que son las tentaciones normales de todo hombre: ¿A caso el vivir bien y con lujos no es lo que nos mueve? ¿Por qué trabajamos todos los días? ¿Por qué la exigencia de trabajo de la mujer fuera de casa?
El pan material es imprescindible, eso nadie lo duda.
Esto es el alimento del cuerpo y ¿el alimento del alma? Nuestra naturaleza está formada de cuerpo y alma….entonces ¿por qué darle poca importancia a la parte espiritual? El mandamiento de Dios sigue vigente: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y después a los tuyos, a tu prójimo y cuantos se crucen en tu vida”.
Tal vez el momento que está a tu alcance es el domingo.
Aprovéchalo pues, para dar gracias a Dios a la luz de Él para darle sentido a tu vida y pedirle la sabiduría para descubrir lo importante de tu vida de persona, de familia, de tu trabajo y sociedad.
b.- Sólo Dios merece la adoración porque gracias a Él tenemos vida humana y divina. Porque Él ha tomado la iniciativa en la reciprocidad del amor. Gracias a Él y a su Providencia infinita, “existimos, nos movemos y somos”. Por tal motivo nadie más puede adjudicarse con justicia la adoración a Dios.
El hombre de hoy, se inclina ante cualquier becerro de oro con tal de sacar ventaja; hay muchos dioses a los cuales les rendimos pleitesía entre ellos: el egocentrismo, el hedonismo, el dinero, los bienes, el poder, etc.
Recuerda que los verdaderos adoradores del Padre deben hacerlo en espíritu y verdad.
c.- Por desgracia se ha hecho común en nuestra sociedad, el chantaje, la mentira, la deshonestidad, el robo, la hipocresía y tentamos a Dios acercándonos con falacias y promesas cuando sabemos que nuestras vidas no deberían ser así.
¡Cuántas cosas debemos aprender de la vida de Jesús que quiso hacerse hombre para decirnos y mostrarnos que es posible ser hombre leales, coherentes, agradecidos sobre todo con Dios y con nuestros semejantes!
Esta Cuaresma y Año Jubilar de la Misericordia nos invita a dejar el hombre viejo y revestirnos del hombre nuevo creado en la justicia y santidad de Dios.
“No pases la puerta de la Misericordia con los brazos cruzados; sino con los brazos en alto alabando a Dios por su perdón y fortaleza”.
¡El trabajo personal y comunitario es difícil pero vale la pena intentarlo en el Nombre del Señor! ¡Feliz encuentro con Cristo en esta Cuaresma!
Pbro. José Medina Montoya
Casa San José
Reflexiones
DIVINA PROVIDENCIA
Divina Providencia, nada somos, nada tenemos, nada valemos sin Ti. Por eso llenos de Fe y Esperanza nos acercamos a tu trono para pedirte que en este mes de Julio, nos veas como cosa tuya, nos libres de toda ocasión de pecar, nos libres de una muerte repentina y de morir sin los últimos sacramentos.
Te pedimos que bendigas nuestro hogar y hagas que éste honradamente nos rinda. Nos consueles de todas nuestras penas y remedies todas nuestras necesidades. Que en nuestra casa no falte el pan.
Divina Providencia de ti lo espero más todo. Amén.
Tu Divina Providencia se extienda en cada momento para que nunca nos falte casa, vestido y sustento y la Gracia del Divino Sacramento, de una buena confesión y comunión a la hora de nuestra muerte. Amén.
Que la Santísima Trinidad bendiga en este mes que iniciamos de Julio del 2017 a todos mis amigos y feligreses, que nunca les falta el pan de cada día, ni el sustento, así como, el trabajo y que Dios bendiga sus carteras, sus monederos y sus manos.
Gracias.
Pbro. José Medina Montoya
Casa San José
Reflexiones
¿EXISTEN HOMBRES COMO EL CENTURIÓN CORNELIO, AMANTE DE DIOS Y DE SU PRÓJIMO?
La Iglesia nos recuerda las palabras del Centurión Cornelio, el cual con verdadera fe, pide a Jesús la salud de su siervo con las palabras conocidas que pronunciamos en la Eucaristía en el momento de la comunión: “Señor, yo no soy digno que vengas a mí, pero una sola Palabra tuya bastará para sanarme”.
Jesús, como hemos escuchado del evangelista San Lucas, ha venido como salvador de todos los hombres y ha declarado que su salvación es universal, que su Palabra quiere llegar a todos y no quiere que nadie se pierda.
Sin embargo para realizar esta obra primaria necesita de una sola cosa: La fe, como la vivió el Centurión romano que creyó que Jesús, el Hijo de Dios, era capaz, de dar la salud a su siervo.
Todos se maravillaron al descubrir de inmediato la salud de este siervo con todos los detalles de la narración. También parece importante comentar los movimientos por parte del Centurión y los actos de humildad para pedir la salud de su siervo.
Tan notorio es a los ojos de Jesús que exclama: “No he encontrado una fe tan grande en Israel como la que encuentro en este hombre que tiene autoridad, medios y no obstante, busca el bien de los suyos con verdadero espíritu de persona y de servicio.
Algo similar acontece con la parábola del buen samaritano, que con el anhelo de la del hombre herido que encontró en el camino, realiza varios actos que exaltan el verdadero amor por el prójimo.
La fe es pues, la virtud que Dios nos ha regalado desde el día de nuestro bautismo. Es la oportunidad para vivir en comunión con Dios y aumentar esta fe que depende de nosotros, a tal grado que como los apóstoles que compartían su vida con Jesús, podemos exclamar: “Señor aumenta nuestra fe. Solo la fe puede cambiar la visión de la vida de los hombres. Solo la fe es capaz de mover montañas. Si perdemos la fe perdemos el sentido orientador de la vida”.
Además la virtud de la humildad va de la mano con la virtudes teologales: la fe, esperanza y caridad cuando se practican, reconociendo con justa razón que nuestra existencia es bondad de Dios.
Es de nobleza de nuestra parte pues, agradecer a Dios, y recibir con bondad lo que nos prodiga y compartir con humildad el bien con nuestros hermanos.
¡Que hermoso es descubrir con el evangelio de cada Domingo, la Persona de Cristo tan elocuente con un rostro alegre y generoso! Su amor por el hombre no tiene limites.
¡Aprovechemos este tiempo para crecer como personas, como familia y sociedad en un serio amor a Dios y un generoso servicio a nuestros semejantes!
Te sugiero consultes la parábola del buen samaritano que se halla en San Lucas 10,30-7 y descubre la caridad y humildad al servicio del prójimo.
Reflexiones
La fe expresión viva del amor.
Toda la cuaresma ha sido trabajar personal y comunitariamente para esculpir la imagen de Cristo en la vida del cristiano.
Y el viernes santo es la máxima expresión del amor de Jesús por ti, por mí y por todos los hombres: ¡Que bien expreso Jesús en su evangelio: “No hay mayor amor, sino de aquel que da la vida por el amigo”!
¡Esto lo ha vivido Jesús por nosotros y con nosotros, que no nos quede la menor duda!
Esta es la virtud de la caridad traducida en obra y en la obra de la salvación de Jesús que nos acompaña y permanece para siempre.
Cristo como hombre amante de la humanidad, termina su vida terrena en una cruz, como si fuese el peor de los malhechores, su cruz fue su bandera, su estandarte que exhibe y que exhibió como fuente de vida y de inspiración para sus seguidores.
¡Que bien escribió el apóstol san Pablo: “Yo no me puedo gloriar de otra cosa, sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo; si para algunos fue necedad o locura, para mi es la gloria, lo grande de Jesucristo…”
¡Vive, pues, tu viernes santo en silencio y oración!
¡Trae a tu mente los detalles de la vida de Jesús, no te canses de admirarlo por su generosidad y valora la virtud de la caridad, que es la primera de las virtudes y que para Jesús, fue su máxima expresión!
En la celebración litúrgica de este viernes santo cuando te acerques a besar la imagen de la persona de Cristo, clavada en la cruz, llora sí, llora por tus muchas y variadas infidelidades y no olvides como penitencia de tu vida practicar las obras de misericordia.
¡Sé misericordioso con tus semejantes, como Dios es misericordioso contigo!
Pbro. José Medina Montoya
Casa San José
Reflexiones
La caridad cubre la multitud de los pecados
¡Este es el primer día del triduo Pascual, día de grandes novedades!
Efectivamente, Jesús que conoce su vida de hombre, sabe que ha llegado el final, solo le resta su pasión, muerte y resurrección.
Para ello, prepara una cena con sus amigos, aquellos para quienes no tuvo secreto alguno, todo se los revelo.
“A ustedes ya no les llamó siervos sino amigos porque todo lo que mi Padre me ha confiado, yo se lo he participado”.
Estando, pues en el momento álgido del convivio les ofrece algo que jamás hombre alguno puede ofrecer: “Bendice el pan y les dice: coman, esto es mi cuerpo y enseguida toma la copa de vino y les dice: esta es mi sangre, bébanla”.
Esto, háganlo cada vez que me deseen recordar, “pues mi cuerpo es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que coma mi cuerpo y beba mi sangre tendrá vida eterna”.
Y a continuación les dio este poder a sus apósteles para que esto que él realizó ellos lo efectúen de generación en generación.
¡Qué sentimiento de Cristo tan sencillo y profundo! Se queda con nosotros mediante el signo de pan y de vino, lo cual sabemos que es comida y bebida para nuestro sustento espiritual.
¡De nosotros depende que aprovechemos esta comida espiritual! Es fuerza, es vida, y es algo común pero a la vez encierra el misterio divino que alimenta la parte espiritual de lo que somos.
No puede ser una opción sino algo necesario para nuestra vida. “Quien come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna y el que no come mi cuerpo y no bebe mi sangre no obtendrá vida eterna”.
Hermano: no dudes Cristo está presente en la Eucaristía como esta en el cielo… Que razón tuvo el papa San Juan Pablo II al afirmar que la Eucaristía reúne a la comunidad, la alimenta y es vital para su crecimiento.
¡Es esto lo característico del cristiano que tiene Fe!
“Comer el cuerpo de Cristo en cada Eucaristía y especialmente los domingos que son el día, en el cual todo mundo festeja y convive con su Dios, el Señor”.
¡Es un milagro, es un misterio, no hay duda!, pero es el mismo Jesús, el que nos invita a comerlo, ya que conoce nuestra debilidad y a la vez Él mismo es nuestra fortaleza.
Jesús te espera este jueves.
Pbro. José Medina Montoya
Casa San José
Reflexiones
¿Te has preguntado que espera Dios de ti en esta Cuaresma?
El ejemplo que Jesús nos participa acerca del árbol de la higuera para ubicarnos en nuestra condición de pecadores es excelente.
El árbol de la higuera puede ser frondoso, de buena sombra, con buenas raíces, pero…. ¿y si no da frutos?
Este es un cuestionamiento valido para aplicarlo a nuestra vida y especialmente a nuestra cultura moderna, la cual se caracteriza por acumular cosas, unas ciertamente necesarias, pero ¿y las otras?…..
Poseemos cosas tan sofisticadas, aparatos, que nos preguntamos: ¿Y nuestro interior? ¿Dónde queda la vida del espíritu?¿valdrá la pena continuar viviendo en esta tónica? ¿Dónde están las enseñanzas que Jesús nos mostró en su calidad de hombre?
¿Nos sentimos afortunados o inteligentes pensando que somos mejor que las demás personas, que nuestros semejantes son los pecadores?
¡Cuidado, este puede ser una trampa del enemigo que nos lleva a vivir el tiempo de la cuaresma, sin la debida importancia, pasando superficialmente sin tener en cuenta que somos seres espirituales y que el espíritu es antes que la materia.
Dice un refrán: “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. Si en verdad tu tesoro está en Dios, no te preocupes. Mas si tu tesoro está en las cosas o en lo vulgar del mundo, buscando ansiosamente fama, dinero o poder entonces sí preocúpate, porque necesitas con urgencia volver a Dios, el cual te espera con los brazos abiertos, deseando que en esta cuaresma y año jubilar de la misericordia, encuentres paz en ti mismo y con aquellos que compartes tu vida.
No te distraigas, pensando si el vecino ya dejo lo malo que hacía, tu concéntrate en tu vida personal, familiar y descubre con sinceridad lo que hay en tu vida de bueno o de malo. ¡No olvides…. el Señor nuestro Dios te pide al igual que al árbol de la higuera, frutos y frutos abundantes de acuerdo a tantas bendiciones recibidas en tu vida!
Un ejemplo del cambio de vida que nos pide el Evangelio lo encontramos en los santos: San Pablo quien afirma: “Todo me parece basura comparado con el conocimiento y la vida de Cristo”. Y por su parte San Agustín señala: “Inquieto, Señor, esta mi corazón hasta que no descansa en Ti”.
¿No te agrada buscar al Señor y vivir el resto de tu vida en amistad y viviendo para Él, de quien lo has recibido todo?
Cristo te espera en esta Cuaresma.
Pbro. José Medina Montoya
Casa San José